Mucha gente identifica la actividad bursátil con la expresión “jugar a la bolsa”, como si de una apuesta de casino se tratase.
Y en cierto modo, no les falta razón, cuando lo que se hace es especulación bursátil.
¿Qué es especular?
Llamamos especulación bursátil o trading cuando el objetivo es obtener una ganancia de capital en el corto plazo, aprovechando las fluctuaciones constantes del mercado de valores e intentando “adivinar” la evolución de los precios (¡casi nada!).
El ejemplo más típico son los traders que realizan múltiples operaciones intradiarias (compras y ventas en el mismo día), con la intención de obtener un margen de beneficio en cada una de ellas. Que a veces lo consiguen y otras muchas no.
¿Qué es invertir?
Invertir es una palabra que significa (fíjate qué definición…, quizás no la hayas oído antes): «cambiar el sentido de las cosas».
Por ejemplo, ¿qué te parecería si en lugar de que tú tengas que pagar intereses, sean otros los que te paguen rentas a ti? Bien, pues eso es INVERTIR.
¿Te gustaría que en lugar de trabajar por dinero, sea el dinero quien trabaje para ti? Eso, también es INVERTIR.
Así pues, la inversión bursátil es cuando nuestro objetivo es obtener unos rendimientos vía dividendos, con una vocación de permanencia a largo plazo.
¿En qué se diferencian?
Realmente son dos estrategias muy diferentes de interactuar en los mercados.
En el caso de la especulación o trading (corto plazo):
- Se precisa elevados conocimientos y pericia, adquiridos con la práctica diaria.
- Se requiere mucho tiempo de dedicación. Realmente es un trabajo absorbente, no basta con un par de horas al día para obtener grandes resultados. Es una profesión a tiempo completo.
- Es una actividad estresante y psicológicamente muy dura. Los traders están sometidos a una presión constante, que poca gente consigue resistir.
- Además, como la actividad está orientada a realizar múltiples operaciones, comporta pagar abundantes comisiones de trading e impuestos por las ganancias obtenidas.
En cambio en el caso de la inversión con vocación a largo plazo es todo lo contrario:
- Los conocimientos necesarios son asequibles para cualquier persona.
- El tiempo requerido es mínimo.
- La obtención de los dividendos es automática, con total tranquilidad.
Todo ello es ideal para conseguir nuestra independencia financiera.
Supongo que a estas alturas ya lo sabes, pero si no te lo recuerdo: No existe un atajo o camino fácil para ganar dinero fácilmente. De la misma manera que no existe un ascensor para el éxito. Tendrás que subir peldaño a peldaño por las escaleras.
Ciertamente, existe una gran similitud entre esas plataformas de trading con el juego online, en donde el primer beneficiario del negocio no eres tú, sino la plataforma que te ofrece el servicio de especulación o apuesta, por la vía de las comisiones.
Es por todo ello que la gente confunde la inversión en bolsa con la especulación, y lo identifica todo como una actividad arriesgada; cuando en realidad, el auténtico riesgo está en la especulación, más que en la inversión a largo plazo.
Para que puedas calibrar el verdadero riesgo que subyace en la actividad de trading o especulación financiera, permíteme que te lo explique mediante la fábula del “comprador de conejos”; que, según se comenta, la utiliza la firma Goldman Sachs en la charla de presentación ante sus futuros traders, durante su primer día de entrenamiento.
Dice así:
“Erase una vez un pueblo en donde se presentó un hombre de negocios anunciando su deseo de comprar conejos y pagarlos a 10$ cada uno. Una gran mayoría de habitantes, viendo que había bastantes conejos por los alrededores, acudieron en masa al bosque cercano y comenzaron a capturar conejos por doquier.
El hombre compró miles y miles de conejos a 10$, y a medida que se iba reduciendo la oferta de conejos, los habitantes reducían también su esfuerzo por capturar más.
Seguidamente, el hombre anunció que a partir de entonces pagaría 20$ por cada conejo, lo cual hizo que los habitantes redoblasen sus esfuerzos en capturar nuevamente más y más conejos.
Pronto la oferta de conejos comenzó de nuevo a reducirse, y el hombre subió el precio a 25$ por cada conejo capturado.
Los habitantes ampliaron su radio de acción a todos los bosques cercanos al pueblo, pero cada vez costaba ver un solo conejo deambulando.
Acto seguido el hombre propuso un precio de ¡50$ por cada conejo! lo cual encandiló a todos los habitantes.
Como fuese, el hombre se tuvo que ausentar unos días del pueblo por motivos de negocios, y dejó a su asistente a cargo de todo.
Los habitantes estaban muy ilusionados, pero les costaba sobremanera encontrar nuevos conejos. Con eso, que el encargado del tinglado planteó a algunos habitantes el siguiente plan:
- Mirad todos estos conejos que mi jefe tiene engaviados.
- Propongo que hagamos un trato: Os puedo vender los conejos que queráis por 35$ cada uno; y tal como ha dicho mi jefe os pagará 50$ por cada conejo, tan pronto esté de regreso. Seguro que él no se enterará, y todos haremos un poco de dinero fácil.
- ¿Qué os parece?
La respuesta fue inmediata, mientras unos sacaban todos sus ahorros del colchón, otros acudían al banco para endeudarse. La realidad fue que los habitantes compraron todos y cada uno de los conejos a razón de 35$ la unidad, dejando vacío el gran almacén.
La gran pena es que nunca más volvieron a ver al hombre de negocios, ni tampoco a su asistente. Eso sí, ¡había conejos por todos lados!
Chicos, así es cómo realmente funciona el trading. Bienvenidos a Goldman Sachs”.
Goldman Sachs es el banco de inversión más reputado y a la vez más odiado del mundo. A través de sus enseñanzas como las descritas anteriormente, puedes esbozar el verdadero color de sus entrañas. Y ya te anticipo que no son de color de rosa.
Efectivamente esta fábula describe muy acertadamente en qué consiste la actividad de trading o especulación (digámoslo claro: apostar, y para la mayoría de la gente, con asimetría de información); la cual es sólo apta para profesionales. Si no eres uno de ellos, es mejor mantenerse alejado.
Esta historia de Goldman Sachs, es replicable al resto de players del sistema (todos los bancos de inversión actúan igual), y es el caldo de cultivo para la generación de burbujas financieras.
Burbujas especulativas, como la que estalló en 2008 de trágicas consecuencias para todos y que desencadenó la reciente gran crisis financiera. Que en lugar de comercializar con conejos, se intermediaba con ingentes carteras de hipotecas; provocando la ruina de mucha gente, y que para colmo, no eran ni tenían consciencia de ser especuladores. Pero la inercia, les abocó allí.
Muy pocas personas pueden enriquecerse en poco tiempo especulando en los mercados (salvo los de Goldman Sachs y compañía). Y si lo consiguen, lo pueden perder todo, también en poco tiempo, si continúan haciéndolo; a no ser que seas un verdadero profesional.
Ahora bien, absolutamente todo el mundo puede obtener unas atractivas rentabilidades invirtiendo en bolsa a medio y largo plazo, en activos inmobiliarios, o bien en negocios de rendimiento contrastado.
Así pues, no especules. ¡Invierte! Y la primera inversión hazla en ti. Invierte en tu formación. Para que después puedas disfrutar de tus pasiones y vivir de tus inversiones (este es mi claim).
No cabe duda que la música y letra que rima más con los especuladores es the gambler (el jugador) de Kenny Rogers; pero aunque su interpretación es preciosa, lamentablemente su mensaje no comulga mucho con mis valores.
Prefiero escuchar mi canción preferida de Kenny Rogers, Lady. Esa sí es toda una declaración de principios y de Amor. ¿Te acuerdas?
Foto: Michal Parzuchowski