Ahora ya sabemos que el principal peligro del inversor no es la volatilidad de los mercados, ni la inflación, ni la fiscalidad, ni los ciclos económicos.
El principal peligro del inversor es él mismo. Y esto es debido a la supremacía de factores emocionales por encima de los racionales, en el proceso de inversión.
Uno de los más importantes sesgos (o desviaciones) emocionales, que habitualmente desencadenan muchos inversores es el exceso de confianza.
¿Qué provoca el exceso de confianza en el inversor?
Según los estudiosos del tema, el exceso de confianza es el sesgo emocional más habitual entre los inversores, y el que más dañino es para sus intereses.
Efectivamente, el exceso de confianza en el inversor le puede provocar que experimente tres tipos de ilusiones mentales:
1. La ilusión de superioridad
- De tal manera que una gran mayoría de inversores se consideran mejores que el promedio, cuando en realidad son muy pocos aquellos que logran conseguir rendimientos superiores al conjunto del mercado de forma sostenida.
- La ilusión de superioridad hace que atribuyamos el éxito conseguido a nuestras habilidades, y los fracasos a factores externos; lo cual no es simétrico.
- Este tipo de ilusión o “falsa seguridad” comporta a menudo el desarrollar actuaciones agresivas, derivando en la asunción de riesgos “excesivos”, a veces, incluso endeudándose con objeto de invertir.
- Otro riesgo ligado al exceso de confianza y la ilusión de superioridad en el manejo de la información, es “sobre-operar” en los mercados financieros, a veces sin ton ni son, lo cual muchas veces es garantía de fracaso, una vez descontados los costes y gastos incurridos
2. La ilusión de optimismo
- En general, los inversores tienden a ser más optimistas de lo que podría ser razonable, cuando se les plantean sobre cómo será la evolución del futuro; especialmente en contextos de subidas o euforia bursátil.
En momentos de bonanza, piensan que estos episodios van a durar indefinidamente, cuando en realidad nada es eterno.
3. La ilusión de control
- Muchos inversores se comportan como si los sucesos aleatorios de los mercados estuviesen sujetos a nuestro control, cuando en realidad es todo lo contrario, carecemos de cualquier poder discrecional sobre ellos.
¿Cómo podemos evitar incurrir en exceso de confianza a la hora de invertir?
Las recomendaciones para evitar el exceso de confianza son:
- La diversificación de la cartera, en lugar de concentrarse en determinados activos con los que nos sentimos demasiado “atraídos”.
- Utilizar una estrategia tipo de comprar y mantener (buy & hold), que está demostrada que resulta más rentable en un horizonte a largo plazo que una actuación basada en trading de elevada frecuencia.
- Cuestionar periódicamente nuestras posiciones de inversión, y no ser tan confiados ni optimistas sobre nuestras expectativas.
Invertir mediante fondos de inversión, ampliamente diversificados y con un alcance global, así como contar con el acompañamiento de un consultor patrimonial; es la mejor fórmula de soslayar los peligros de los sesgos psicológicos a la hora de invertir.
Seguramente, de esta forma, podremos soslayar mucho mejor las perniciosas consecuencias que puede comportar un elevado exceso de confianza como inversores.
En Newman, nos preocupamos día a día por calibrar de forma permanente los diferentes sesgos emocionales, mediante nuestra propia sistemática de selección de las mejores opciones de inversión.