Si en algo estamos de acuerdo muchos de los que nos dedicamos a las finanzas es que:
Mediante la diversificación se puede reducir el riesgo de pérdida
Por otro lado, cabe decir que no se trata de algo novedoso. Ya que nuestros antepasados recitaban de la sabiduría popular aquel dicho de que, “no pongas todos los huevos en la misma cesta”.
Pues bien, con las inversiones, el consejo es el mismo.
Para ver la transcendencia que la falta de diversificación puede comportar, comento el siguiente caso real:
Uno de los escándalos corporativos más sonados de la historia fue el de Enron, el cual salió a la luz a finales del 2001.
Enron fue una compañía americana del sector de la energía, con fama de modélica, innovadora y rentable, y se distinguía por unas condiciones laborales excelentes gozando de generosas aportaciones al plan de pensiones de los empleados.
Hasta que a finales del 2001 se descubrió un fraude contable de gigantescas proporciones que abocó la compañía a la quiebra y su posterior disolución. Sus acciones pasaron en poco tiempo de valer 90$ a menos de 1$.
Esto fue terrible para mucha gente: accionistas, trabajadores, proveedores,…. Se dio el caso de la existencia de algún matrimonio en que ambos cónyuges trabajaban para Enron, y de la noche a la mañana se quedaron sin empleo, y lo que es peor, sin un céntimo en el plan de pensiones corporativo, porque todos los activos del plan estaban invertidos en acciones de la propia compañía.
Es decir, apostar todo a una carta conlleva un riesgo elevadísimo. Decidir, como hizo ese matrimonio del ejemplo, que todos los ingresos y ahorros del plan de pensiones estuviesen vinculados a una única empresa, puede tener consecuencias fatales.
De la misma forma que es un riesgo mantener una única fuente de ingresos, también es una temeridad disponer gran parte de tu patrimonio en un mismo activo. Por lo tanto, nos conviene diversificar.
Y para acabarte de convencer mira el siguiente ejemplo práctico que he preparado, inspirado en el autor Dave Ramsey, a fin de que compruebes por ti mismo el poder y la magia de la diversificación.
Imagínate dos inversores: “A” y “B”, ambos de mediana edad e invierten una suma idéntica de 10.000€, que mantienen sin tocarlos durante 30 años
- “A” lo concentra toda en una sola inversión obteniendo una rentabilidad anual del 7,50%. ¡Vaya, nada mal para los tiempos que corren!
- En cambio “B” lo diversifica en 5 inversiones diferentes, de tal manera que los rendimientos que obtiene son los siguientes:
La pregunta es obvia: ¿Quién de los 2 inversores “A” o “B” consigue acumular más capital al cabo de los 30 años que duran las inversiones?
Veamos los resultados en el siguiente gráfico:
Sorprendente, ¿verdad?
Si, efectivamente, la diferencia es abismal a favor del inversor “B”, quien recordamos es el que diversifica sus inversiones en 5 activos con diferentes comportamientos; y finalmente acaba acumulando más del doble de capital. ¡Increíble, pero cierto!
Así pues, a qué esperas: ¡Diversifícate! y cuanto más mejor.
Foto: Kate Remmer®