Siempre recomiendo desconfiar de aquellas inversiones o negocios que parecen ser demasiado buenos para ser verdad.
¿Qué hacer cuando nos ofrezcan inversiones con rentabilidades súper-extraordinarias?
No tenemos que perder ni un instante en evaluar los cantos de sirena que nos prometan rentabilidades desorbitadas, o que tan sólo sean superiores a lo “normal”. Nadie puede prometer eso de forma sostenible y perdurable en el tiempo.
Pero entonces,
¿Qué se entiende por rentabilidad “normal”?
Bien, eso depende de cada tipología de activo, no es lo mismo la rentabilidad “normal” o habitual de una cuenta de ahorro, de un fondo de inversión de renta fija que invierte en bonos gubernamentales, por ejemplo; o de un fondo de renta variable que invierte en acciones de grandes empresas.
Lo que sí podemos concretar es que el activo más fructífero a largo plazo es aquel que radica en el conjunto del mercado de valores (es decir, la bolsa); que de forma sostenida en el tiempo ofrece una rentabilidad media 10%-11% anual. Por lo tanto, esa es la rentabilidad máxima en promedio que se puede entender como “normal” a lo largo del tiempo que ofrece el mercado de valores en su conjunto.
Destaco la expresión promedio, puesto que las rentabilidades anuales de la bolsa están sujetas a considerables volatilidades en el corto plazo, no aptas para todo tipo de inversores.
¿Cuál es la tipología de activos más rentable a largo plazo?
En el siguiente gráfico se puede apreciar la evolución del valor de un 1$ invertido en el año 1926 hasta el 2018, en diferentes tipologías de activos del mercado estadounidense (acciones, bonos gubernamentales, pagarés del Tesoro y considerando también la inflación) el cual ratifica lo que comentaba anteriormente.
Fuente: Ibbotson SBBI
Destaco la expresión promedio, puesto que bien es cierto que las rentabilidades anuales de la bolsa están sujetas a considerables volatilidades, no aptas para todo tipo de inversores.
El mayor estafador de la historia
Al respecto de esto, me gustaría contarte la leyenda del mayor fraude piramidal de la historia. Quizás ya lo conozcas, se trata del caso de Bernard Madoff que se desveló a finales del 2008; y que según los informes periciales contenidos en el procedimiento judicial que se llevó a cabo, se estima que la estafa alcanzó los 50.000 millones de dólares. Una cifra colosal.
Efectivamente este fue un escándalo en toda regla utilizando lo que se conoce en el argot como un “esquema ponzi”, es decir, un fraude piramidal, en donde la gente invierte su dinero, y los rendimientos son pagados mediante las nuevas aportaciones de gente que van entrando en la trampa.
¿Por qué es importante tener una mínima educación financiera?
La estrategia de Bernie Madoff era atraer a su público prometiendo rentabilidades anuales del orden del 15% sostenidas en el tiempo, y sin apenas volatilidades pronunciadas. Y de esta forma logró engañar a mucha gente.
Ya ves, prometer una elevada rentabilidad constante superior al 15% de promedio anual, sin apenas volatilidad es algo anormal, inusual y fuera de lo habitual. Mucha gente picó su anzuelo y perdió gran parte de sus ahorros.
Por todo ello, el procurarnos de una adecuada educación financiera es clave. Es un asunto de vital importancia al que todos le deberíamos prestar la atención que merece; a fin de discernir dónde se encuentran los riesgos excesivos.
¿De quién tenemos que desconfiar?
Mucha gente peca de exceso de confianza en intermediarios que sólo miran por su propio beneficio, ofreciendo, y a veces imponiendo, productos financieros de alto riesgo a personas con perfiles conservadores.
Por mi propia experiencia personal, hay que mantenerse en alerta con las propuestas que podamos recibir de los empleados de la banca tradicional.
Éstos están sometidos a la presión de cumplir con unos objetivos comerciales, a menudo, desmesurados; que puede comportar la “colocación” de productos inadecuados a clientes incautos o confiados.
Por norma general, también hemos de desconfiar siempre:
- De aquellos que te ofrezcan negocios fabulosos con un mínimo de riesgo. Salvo muy raras excepciones, los “chollos” no existen.
- Por supuesto, debes desconfiar de los que te aconsejen invertir en “criptomonedas”, ya que eso es cualquier cosa, menos un activo de inversión.
- Y también, del peluquero o el taxista (con todos mis respetos hacia ellos), cuando por ejemplo te hagan comentarios sobre las bondades de determinadas inversiones, o valores de la bolsa.
Indudablemente, cuando esto ocurra es hora de salir corriendo del mercado, puesto que el final del ciclo está muy cerca.
Como acostumbro a decir, en caso de dudar ante una inversión, es mejor dejarla pasar. Es preferible equivocarse en el lado de la seguridad. Ya vendrán otras oportunidades.
Y sobre todo: no fiarse cuando te ofrezcan algo que parece demasiado bueno para ser verdad. Porque seguramente no lo es.
En Newman somos inversores (no especuladores) y nos comprometemos a ser siempre personas confiables. Tenemos principios y actuamos por valores, con un propósito de vida claro: mejorar la economía de las personas e impulsar su prosperidad.