Reemprendemos el nuevo curso con la esperanza de encontrar el deseado remedio definitivo que nos proteja de la Covid-19.
Y al respecto de esto, por lo que se viene publicando día tras día, ya estamos en condiciones de decir que tenemos vacuna a la vista para este otoño, o mejor dicho, varias vacunas (en plural).
Dado que, son diversos los laboratorios de prestigio que ya disponen de sus respectivos prototipos de vacunas contra la Covid-19 en la fase III del proceso de lanzamiento (es decir, la última fase y definitiva).
Incluso, hasta en centros de investigación españoles se está trabajando para disponer de una vacuna propia de origen nacional. Aunque en este caso los desarrollados van bastante más retrasados, por lo que probablemente la vacuna española podría estar lista para la segunda mitad del año próximo.
Carrera hacia la vacuna más esperada
Asimismo, desde la administración americana, la FDA, que es la autoridad que regula las autorizaciones para la industria farmacéutica y alimentaria, se avendría a acortar los plazos de implantación de la vacuna por motivos de emergencia sanitaria, lo cual es un hito histórico.
De hecho, según medios especializados, ya existen compañías farmacéuticas que en base a los diferentes proyectos de vacuna más avanzados (situados en fase III), ya se han comenzado a fabricar monodosis a escala industrial, para que cuando se disponga de la autorización definitiva, puedan ser distribuidas masivamente. Lo cual también es algo novedoso a nivel global.
Todos los principales estados están cerrando acuerdos de acopio de millones dosis de la inminente vacuna, para garantizar una rápida implantación a sus conciudadanos.
A pesar de todo, una vez se dispongan las sucesivas vacunas debidamente autorizadas, lo cual significará que son efectivas y seguras, el siguiente paso será como garantizar la distribución de millones de dosis para la población mundial de una forma eficiente.
Ese será un reto logístico mayúsculo sin precedentes para gobiernos, centros de asistencia primaria, clínicas públicas y privadas,… en donde los estados deberán definir bien los protocolos de actuación, así como las prioridades y prelaciones. Para ello deberemos estar preparados.
De la trascendencia de que se consiga una implantación ordenada y efectiva de la vacuna para todos, dependerá el levantamiento definitivo de las restricciones, que derivará en un impulso en todas nuestras relaciones: tanto sociales, económicas como vitales. Ese será justo el momento clave.
El cuatrimestre decisivo
Acabamos de empezar el último tercio del año, que acostumbra a ser el más decisivo de todos. Este año lo será especialmente, por el desenlace de los siguientes acontecimientos previstos: Acuerdo comercial USA-China, Desarrollo del Fondo Europeo para la Recuperación (Next Generation) y como no, el desenlace de las elecciones americanas.
Nunca antes se habían celebrado unas elecciones americanas en condiciones tan atípicas en lo que al proceso electoral se refiere.
Todo ello le da, si cabe, más incerteza al resultado, a pesar del gap con el que cuenta el favorito demócrata en los sondeos.
Una de las virtudes del sistema electoral americano, es limitar las posibilidades de ser elegido presidente del país a dos mandatos. Ningún presidente que opte a la reelección quiere pasar a la historia como aquel que su pueblo le retiró su confianza.
Y para el actual inquilino de la Casa Blanca, que se siente el presidente más importante de toda la historia, y en que antes del Covid-19 se veía ganador absoluto, se espera que utilice todos los resortes a su alcance para mostrar una aparente “bonanza” ante el electorado.
Por otro lado, gran parte de la población estadounidense mantiene sus ahorros en productos e instrumentos ligados, de una u otra forma, a la bolsa americana. De ahí, los contundentes incentivos fiscales y monetarios lanzados por la administración y la FED pasa sustentar las cotizaciones.
Las prisas por ganar la carrera de la vacuna, también apunta en la misma dirección. Con la idea de mostrar ante el electorado la consecución de un “premio gordo” que compense la pésima gestión de la pandemia.
De ahí, el comportamiento alcista de los índices americanos en los últimos meses y semanas, muy superior a los índices europeos; y que se espera se mantenga así al menos hasta la cita electoral, dándose por descontado de que el anuncio de: “YA TENEMOS VACUNA”, lo realice Trump cuando más le interese.
¿Para cuándo la recuperación económica?
Si bien es un hecho incontestable la recuperación de los principales índices bursátiles de las economías más avanzadas (USA, Alemania, Japón y China), se espera que los índices más rezagados (Francia, Italia,… y España -en la cola-), vayan subiendo posiciones.
Como bien sabemos, la bolsa es una máquina de descontar expectativas, por lo que la anticipación de la bonanza en los mercados descuenta una progresiva recuperación económica a nivel macro (ya iniciada), que sin duda será desigual y desacompasada en el tiempo.
A nivel micro, en las empresas, se espera un cambio importante en las compañías que protagonizarán las futuras subidas en las bolsas; y estas serán mayoritariamente las compañías cíclicas que han estado ampliamente penalizadas por la pandemia (industria, energía, materias primas, consumo discrecional, turismo, viajes,… y finalmente banca); y que al albur del levantamiento de las restricciones, puedan recuperar terreno perdido. Para cuando eso ocurra, la Covid-19, ya será historia. Esperemos que pase pronto.
¿Qué se espera a partir de ahora?
En este sentido, a partir de ahora se espera la continuidad del comportamiento lateral-alcista en las bolsas, en donde se prevén más días de subidas que de bajadas, y en donde las subidas volverán a ser más impactantes que las bajadas.
Bajo la hipótesis de un cierto control de la pandemia, esperando que los eventuales rebrotes no sean ni de lejos, tan lesivos como en el inicio de la irrupción del virus.
Todo ello hasta la cita electoral americana, martes 3 de noviembre. A partir de aquí, “wait and see”.
Mantengamos la confianza
Si se van cumpliendo las previsiones, tal como ha sucedido hasta ahora, y sobre todo, si se desarrolla de forma eficiente el reto logístico de la distribución e implementación de la vacuna a la población mundial (en tiempo y forma); las expectativas de consolidación y prosperidad son buenas.
Sin duda, el Covid-19 ha marcado las vidas de nuestra generación. Pero de todos nosotros depende aprovechar las oportunidades de mejora, desarrollo, adaptación, sostenibilidad, innovación, etc., que este virus ha provocado.
En lo relativo a los mercados, todavía tenemos expectativas de recorrido alcista en los mercados, más en Europa que en Estados Unidos y Asia. Por lo que continuamos esperando futuros trimestres de consolidación y substancial recuperación, de tal manera que nuestra consigna es clara:
Tomar posiciones en renta variable con visión a medio/largo plazo, antes de que se anuncie la vacuna.
Si se desea consultar artículos anteriores de la serie Covid-19:
- Entrando en pista para despegue (10.07)
- Pronósticos cumplidos (06.07)
- Hacia la “nueva normalidad” (25.05)
- Vislumbrando la recuperación (28.04)
- Luz al final del túnel (06.04)
- Cómo gestionar las Inversiones ante el “coronavirus” (25.03)
Foto inicial: Sam Mogadam