El mejor negocio para las entidades financieras y cadenas comerciales son las tarjetas de crédito, obteniendo su rentabilidad por la vía de las comisiones de mantenimiento e intereses de la financiación otorgada por el aplazamiento de pagos.
En concreto, éste es el tipo de deuda mala que debemos evitar a toda costa. Es la más dañina de todas, con diferencia. La peor de la peor.
Las tarjetas de crédito es el vehículo más popular para acceder al crédito fácil e inmediato, y caer ante las tentaciones que ofrece la sociedad de consumo.
Así pues, debemos ser muy cautos, actuar con prudencia y utilizar las tarjetas de crédito con responsabilidad.
¿Qué tipología de tarjetas existen?
Existen dos tipologías diferentes de tarjetas:
- La tarjeta de débito, es cuando la entidad financiera realiza el cargo de forma inmediata en la cuenta corriente, en el caso de existir saldo. En caso contrario, se deniega la operación de compra.
- La tarjeta de crédito, mediante la cual el banco establece un límite y carga las compras en la cuenta corriente vinculada a final de mes, o bien, poco a poco aplazando los pagos.
¿Cuántas tarjetas deberíamos tener?
Mi recomendación es tener un máximo de dos tarjetas (no necesitamos más), a poder ser, sin coste alguno. Una de debito (la habitual), y otra de crédito (por seguridad, en caso de que la otra no funcione).
No obstante, si tenemos que utilizar la tarjeta de crédito por algún motivo, es de suma importancia ordenar siempre al banco que el cargo lo realicen en la cuenta vinculada a final de mes, sin ningún tipo de fraccionamiento o financiación. Ya que en estos casos el interés que te aplican acostumbra fácilmente a superar la tasa del 20%. Sí, sí, es correcto: más del 20%.
“La tarifa habitual por parte de numerosos bancos es del 2% mensual, lo cual equivale a una TAE (Tasa Anual Equivalente) del 26,8%. Y en algunos casos, puede resultar incluso superior”.
A mi entender es un coste excesivo. Esto sería equivalente a comprar una cosa que vale 80 y pagar 100. Realmente es un trato abusivo, pero por lo visto mucha gente lo hace, y parece no importarle.
En cierto modo, sería como trabajar durante 5 días de la semana, y que a la hora de cobrar sólo nos pagasen 4 días. Seguro que visto así mucha gente no estaría de acuerdo. ¿Verdad?
¿Qué ventajas e inconvenientes se derivan de las tarjetas?
Por supuesto que las tarjetas aportan alguna que otra ventaja, como es el hecho de no llevar dinero encima, sacar dinero de cualquier cajero (vigilando las comisiones), comprar por internet y la posibilidad de obtener descuentos, así como puntos en los programas de fidelización.
Pero a su vez, también hemos de tener presente las desventajas de pagar con tarjeta:
- Incentivan a realizar compras innecesarias (esta es la razón por la que bancos y centros comerciales las promueven con tanto interés).
- Asumir un coste muy elevado en el caso de aceptar las condiciones de financiación por aplazamiento de tus pagos.
- Pero un aspecto importante a tener en cuenta es que, en general, cuando compramos a crédito, se suele dar mucho menos valor a las cosas, que cuando la adquisición se realiza con el dinero fruto del ahorro. Este es un tema primordial.
¿Qué podemos hacer si no conseguimos controlar el uso de nuestra tarjeta?
Quizás sea un poco tajante con lo que diré a continuación, pero es la única forma de cortar por lo sano: En caso de que no poderse controlar, la solución es pagar en efectivo (sin endeudarse previamente), y seguramente así se le otorgará más valor al dinero.
En resumen,
- Los aplazamientos de las tarjetas de crédito es el tipo de deuda mala que debemos evitar a toda costa.
- Así pues, tenemos que ser cautos, actuar con prudencia y utilizar las tarjetas de crédito con responsabilidad.