El ahorro es un excelente hábito, puesto que nos aporta tranquilidad, seguridad y nos protege de circunstancias adversas que puedan acontecer.
En definitiva, nos aporta dosis de libertad financiera, para que podamos hacer lo que nos plazca, hasta que… finalmente, se acaban los ahorros.
En cambio, cuando tu libertad financiera es plena y duradera, es decir, tiene un carácter vitalicio (mientras vivas), se diría que has conseguido la independencia financiera. Porque:
“La independencia financiera debería ser nuestra meta, si realmente queremos disfrutar de nuestras pasiones y aficiones durante los mejores años de nuestra vida”.
Y ésta, la puedes obtener por dos vías diferentes, pero que a su vez, no son incompatibles:
- Cuando el resultado de la fórmula relativa a la “libertad financiera”, la cual te expliqué en un post anterior, y que te recuerdo ahora:
Tiempo de Libertad Financiera = Total de dinero ahorrado disponible / Gasto mensual
Ofrece como resultado un número de años, superior a tu esperanza de vida.
Por ejemplo, si consideramos una persona de 55 años con un capital ahorrado disponible de 1.200.000€ y un gasto mensual promedio de unos 2.000€, por consiguiente su libertad financiera es de 600 meses, es decir, ¡50 años!
Tiempo de Libertad financiera = 1.200.000 / 2.000 = 600 meses (50 años).
Como puedes deducir, este tiempo es superior a la esperanza de vida residual de la persona en cuestión, ya que se estima que no sobrepasará los 105 años de edad (55+50) ¿verdad?
- Cuando se dispone de un patrimonio o conjunto de activos que te genere de forma prácticamente automática unas rentas suficientes para vivir sin necesidad de trabajar por obligación. De aquí viene la expresión que seguro has oído alguna vez: “vivir de rentas”.
Por ejemplo, aquella persona que, independientemente de su edad, es propietaria de diferentes inmuebles y de una cartera de valores que en conjunto le aporta mensualmente vía alquileres, dividendos y otros rendimientos una cantidad promedio de 4.000€ netos; contra unos gastos mensuales de 3.000€ que afronta para mantener su estilo de vida.
Por lo tanto, está claro que esta persona, sin tener la obligación de trabajar, puede vivir perfectamente, y además incluso continuar ahorrando.
Así pues, en ambas situaciones que te acabo de describir implicaría disfrutar de independencia financiera, que es un nivel o status superior a la mera libertad financiera temporal, la cual dura entretanto tengas dinero ahorrado para vivir.
Pero para poder disfrutar de esa independencia financiera, hace falta tener un mínimo de educación financiera que te posibilite discernir lo conveniente, de lo indeseable.
Lamentablemente, sorprende que ni las escuelas ni universidades impartan programas enfocados a facilitar esa educación financiera de calidad, que orienten a las personas a recorrer el camino hacia su independencia económica.
Pero en tu mano está cambiar de rumbo.