En materia de gastos, existe un principio básico que dice que, siempre tenemos que procurar que se mantengan por debajo de los ingresos.
Todo y que es de sentido común, en base a mi experiencia, constato a menudo que mucha de la gente que pasa por dificultades económicas es por el hecho de no controlar adecuadamente sus impulsos de consumo.
En general, la gente es especialista en gastar (se acostumbran rápido y les encanta), más que en ingresar. Lo cual es una equivocación.
“La clave está en mantener los gastos bajo control, y sobre todo, no por el mero hecho de ganar más, tenemos necesariamente que gastar más”.
Esto es una gran error que lleva a la ruina a mucha gente, que de forma transitoria han sido premiados con un ascenso o un incremento de sueldo, y contra más ganan, más gastan.
Todos queremos ganar más, es perfectamente lícito. Pero, muchas veces los incrementos de ingresos no comportan, necesariamente, mejoras en nuestra economía.
Ya que en cualquier caso, antes de eso es imprescindible saber gestionar bien los ingresos actuales que ya tenemos, sean estos muchos o pocos.
“Si no administras bien tus ingresos que ahora obtienes, no te esfuerces en incrementarlos. Es una pérdida de tiempo”.
Se calcula que una persona tipo ingresa en promedio a lo largo de su vida una cantidad similar a 1.500.000€. Evidentemente hay gente que le pasa por su mano mucho más, pero lamentablemente también hay otra tanta que no llega.
Cuando lo comento con alguien, algunas personas se sorprenden, puesto que parece una cifra elevada. ¿Qué me dices…, un millón y medio de euros? Wow.
Para otras, no les asombra tanto. En cualquier caso es una cantidad respetable, pero lo más relevante es saber que, de gestionarse de una forma u otra, podemos transformar los resultados.
¿Qué nos puede ayudar a controlar los gastos?
La herramienta a utilizar ya está inventada, y se llama presupuesto.
Lo primero que tenemos que hacer es identificar y clasificar los gastos, para posteriormente controlarlos; a fin de evitar que los gastos nos controlen a nosotros.
Y una vez confeccionado el presupuesto: ¡lo tenemos que cumplir! Si no, para qué molestarse.
En mi caso particular, utilizo una simple hoja de cálculo que mantengo en mi ordenador personal, en donde contemplo todas las partidas de ingresos y gastos por tipologías. ¡Y cuando digo todas, me refiero a tooooodas!
Pero si lo prefieres, existen multitud de apps en el ámbito de las finanzas personales para control presupuestario, muchas de ellas gratuitas, y otras con opciones “Premium” de pago, que te pueden ayudar a llevar un seguimiento de los gastos clasificados por diferentes tipologías.
¡Y todo ello desde tu inseparable móvil!
Si buscas por Internet encontrarás diferentes apps, como: Cuentas Claras, Daily Cost, Money control, Mooverang, My Value, Saving Goals, Pocket Money, Settel Up, Spendee, Wallet, Wally, … y un largo etcétera.
También existen otros métodos más tradicionales de control presupuestario.
- Uno sería el sistema de sobres, de tal manera que se introduce el dinero reservado para cada uno de los conceptos de gasto de nuestro presupuesto en un sobre independiente destinado al efecto.
- Otro sistema parecido es el utilizar un archivador tipo “acordeón”, de forma que destinamos el dinero a cada uno de los apartados que hayamos presupuestado.
Sí, sí,… ya sé que suena muy analógico, pero lo cierto es que a mucha gente le funciona.
Independientemente del método que utilices, lo importante es que mantengas la disciplina presupuestaria, a fin de no estirar más el brazo que la manga.