Cuando acostumbro a hablar con gente joven, siempre les acabo formulando una pregunta: ¿Y a ti, qué te gustaría ser de mayor…?
En muchas ocasiones observo un rostro de duda, otras de sorpresa, a veces incluso de incomodidad…, supongo que generada por la incertidumbre del panorama general.
No obstante, la última vez que formulé esta pregunta, debo confesar que el sorprendido fui yo.
El propósito de Miriam
Miriam, es una estudiante adolescente muy aplicada y jovial. Su pasión es la danza y su sueño sería entrar algún día en el Royal Ballet School; primero como estudiante, y quién sabe si en el futuro, como docente.
Royal Ballet School – Richmond, UK (ubicada en la periferia de Londres)
Conversando con Miriam sobre sus pasiones y las posibles ocupaciones que el destino le pueda deparar, lo que me sorprendió realmente fue su respuesta contundente: “Yo de mayor quiero ser rica”.
Sinceramente, me encantó su respuesta, así como su clarividencia (en términos de creencia) al expresarla; aunque, quizás, en aquel momento no tuviese muy claro cómo lo podría llegar a conseguir.
Ahora, Miriam ya sabe (porque tuve la oportunidad de explicárselo), que uno de los caminos más seguros para conseguir su propósito pasa por el ahorro y la inversión (que no hay que confundir con la especulación).
De hecho, ella dispone de uno de los ingredientes primordiales para culminarlo con éxito. Me refiero al “factor tiempo”.
Efectivamente, la riqueza es un concepto subjetivo, ya que depende de la valoración de cada persona. Desconozco qué cifra (de riqueza) rondaría por la cabeza de Miriam al expresar su respuesta. Probablemente, ninguna, puesto que a lo mejor no se ha parado a pensar nunca, cuánto patrimonio debería aglutinar para colmar sus expectativas.
Pero de lo que sí estoy seguro, es que si se le plantease a Miriam un objetivo consistente en:
- Mantener un nivel de vida sensato (y con salud)
- Sin que el dinero le represente la menor preocupación
- Disfrutando de sus pasiones;
- Y viviendo, algún día, de sus inversiones
Ella asemejaría esta situación a lo más parecido a ser “rica”.
Ya sabemos que la riqueza, como otros aspectos de la vida, es un concepto relativo y tiene diferentes niveles; pero, particularmente soy de la opinión que no se necesita nadar en la megabundancia para sentirse súperafortunado. ¿Estás de acuerdo?
Entiendo que tenemos que ser agradecidos con nuestros bienes y derechos y tratar de ser felices con ellos; y no sentirnos como esos “ricos” amargados que pululan por el mundo, que son sumamente infelices por el mero hecho de que su vecino tiene un barco con medio metro más de eslora que el suyo.
Porque al fin y al cabo, la verdadera riqueza se traduce en dos palabras: SER FELIZ.
Un viaje de 1.000 Km. comienza con un paso (Lao Tze)
De la misma manera que un gran capital financiero comenzó en su día con un simple euro, el camino de nuestra prosperidad se inicia con un sencillo (pero relevante) paso, que cuanto antes se dé, más nos beneficiaremos de haberlo dado.
Me refiero a comenzar cuanto antes a ahorrar, aplicando el principio básico del “pagarse a uno primero”.
Este principio promulga que tan pronto obtengamos nuestros ingresos recurrentes, debemos “auto-pagarnos” antes que nada ni nadie. No importa lo que ganemos, lo verdaderamente relevante es nuestra disciplina de crear el automatismo de separar para nuestro ahorro un mínimo del 15% de lo que ingresemos.
Tú eres lo más importante, no lo olvides jamás
Nos tenemos que valorar y autoestimar más. No es cuestión de egoísmo ni de egocentrismo. Es por nuestro bien…
¿Por qué tenemos que ser menos importante que la compañía telefónica, el banco titular de la hipoteca o la financiera del coche? Así pues, en cuanto al manejo del dinero, lo primero que tenemos que atender es a nuestro ahorro. Los pagos a terceros vienen después, nunca al revés.
Y acto seguido de ahorrar (pagándonos a nosotros primero), lo inmediato es invertir mensualmente esa cantidad prefijada y constante a través de fondos de inversión de alto rendimiento, con un horizonte temporal y vocación inversora de largo plazo.
Con el paso del tiempo y sin darnos apenas cuenta, estaremos forjando nuestro patrimonio financiero que nos aportará la prosperidad deseada, para que llegado el día, nos permita vivir plácidamente, disfrutando de nuestras pasiones, sin necesidad de sacrificarnos mucho por ello.
“Porque al fin y al cabo: el ahorrar nos hace libres y el invertir nos hace ricos”.
Sabiendo que, la verdadera riqueza no se mide en dinero, sino que se mide en tiempo (siii, otra vez el preciado concepto del “factor temporal”); disfrutando de tus pasiones, mientras vives de tus inversiones.
Observa en la gráfica inferior lo que se podría llegar a conseguir partiendo de tan solo una aportación mensual de 100€ (incrementando a razón del 3% anual -para ajustarse a la inflación promedio-) durante un plazo de 35 años; pudiendo llegar a obtener del orden de 456.000€.
*Incrementando a razón del 3% anual
**Contemplando un tipo de interés compuesto del 10%
¡Impresionante!, ¿verdad?
El ejemplo anterior contempla un importe de tan solo 100€ mensuales, por ser una cifra fácilmente divisible que permite una rápida multiplicación, ya que si en lugar de partir de un ahorro mensual de 100€, lo hacemos de 200€, 300€,..; el capital acumulado sería proporcionalmente superior:
*Incrementando a razón del 3% anual
**Contemplando un tipo de interés compuesto del 10%
Un consejo para Miriam
En definitiva, el mejor consejo que le podemos dar a Miriam para que pueda ver hecho realidad su propósito de llegar a ser “rica”, es que:
- No simplemente desee, sino que crea en ella misma afirmándose que está en camino de conseguirlo.
- Ahorre cuanto antes y lo haga tan pronto obtenga sus ingresos (mínimo el 15% de lo que ingrese).
- Invierta de forma sistemática mediante fondos de inversión de alto rendimiento y con amplia diversificación.
- Sea paciente y deje que el tiempo actúe a su favor, capitalizando su inversión exponencialmente gracias a la magia del interés compuesto.
…Y por supuesto, que disfrute de la vida, que es lo verdaderamente importante.
“Nunca es tarde para cumplir tus buenos propósitos. Pero no dejes para mañana, lo que puedas iniciar hoy”.
Así pues, ¡invierte! Y la primera inversión que debes hacer es en ti, en tu inteligencia financiera. Si no sabes por dónde comenzar, empieza por aquí: El libro de OBJETIVO: RIQUEZA.
* * *
Y para los que somos padres, el mejor legado que les podemos dar a nuestros hijos, no son inmuebles, ni joyas,… ni tan sólo dinero.
La mejor herencia que les podemos transmitir a nuestros hijos es una buena educación financiera. Y en concreto que les podamos inducir en el hábito del ahorro y la inversión, viéndote a ti predicar con tu ejemplo.
En Newman tenemos súper claro todos estos principios y no hay nada más que nos llene de satisfacción que acompañar a nuestros clientes en impulsar su prosperidad.