Cuando ahora se cumplen 10 semanas de confinamiento y restricciones a nuestra actividad y movilidad, ya todos deseamos que llegue pronto esa deseada “nueva normalidad”.
Y siendo pesimista, te aseguro (bueno lo tacho…, prometí a una persona que admiro muchísimo nunca asegurar nada); mejor dicho: lo más probable es que esa “nueva normalidad” llegue más pronto que tarde.
¿Y por qué pienso así? Porque el resto del mundo (Europa incluida) estamos siguiendo la estela de Asia; y aunque nos parece que el tiempo de confinamiento se hace eterno, los efectos sanitarios del período álgido del Covid-19 son afortunadamente de corta duración (tan solo dos meses y medio).
Pero, no podemos bajar la guardia
También sabemos que este virus es estacional, de tal manera que se prevé que emigre del hemisferio norte hacia el hemisferio sur en cuestión de días/semana. Pero, allí se espera un menor impacto, en base a que:
– En el hemisferio sur tan solo vive algo más del 12% de la población mundial.
– El promedio de edad de la gente del hemisferio sur es sensiblemente inferior a la del norte; y en consecuencia son más resilentes a los efectos de la enfermedad.
Como aspecto negativo, no cabe duda de que el nivel de preparación de la estructura socio-sanitaria de gran parte de países del hemisferio sur, es mucho más débil que los estados del norte en su conjunto.
El factor tiempo es la clave
Siempre se ha dicho que la variable temporal de esta crisis sanitaria (como en todas), determinará la intensidad de los impactos económicos. La opinión especializada piensa que la recesión económica derivada del Covid-19 será muy intensa, pero a su vez de corta duración, en términos de agregados macroeconómicos.
Eso sí, obviamente, la recuperación será asimétrica en función de extractos sociales y también por sectores específicos de la economía. Como siempre acostumbra a pasar, habrá perdedores y ganadores en el corto/medio plazo, tal como se aprecia en detalle mediante esta elocuente gráfica:
Mira atentamente esta infografía, partiendo del punto 0% en donde podemos considerar el estado de “normalidad”.
Actualmente, todavía permanecemos en el primer estadio de “aislamiento+restricciones”, y pronto entraremos a la zona denominada de “estabilización” en donde todos los sectores clasificados no esenciales de la economía se van a activar progresivamente: retail, restauración, viajes, hostelería,…
De tal manera, que para final de año, se espera estar cerca del nivel Pre Covid-19 (¡ojalá!), e ir recuperando la “nueva normalidad” a lo largo del 2021.
Recuperación, o recuperación…
El motivo principal para pensar que la recuperación económica será un hecho en cuestión de meses y no de años, es justamente porque la recesión no se debe a motivos endógenos de la economía, sino a una causa exógena (crisis sanitaria provocada por el Covid-19).
Por lo tanto, creemos que la iteración prevista es la siguiente:
1- Control efectivo de la enfermedad –> 2- Recuperación progresiva de la economía–> 3- Recuperación anticipada de las bolsas.
Esto puede ser así, a pesar de que todo el mundo ya descuenta de que pueda existir una segunda oleada (rebrote) del virus, que en el supuesto de que se explicite, el consenso de los expertos es que su impacto sería muy inferior al inicial, en base a que:
– El nivel de preparación de todos los agentes: empezando por las personas, empresas, hospitales, autoridades sanitarias, etc., será muy superior. Y ya se ha constatado que aquellos países con un mejor nivel de preparación epidemiológica (Corea del Sud, Alemania, Austria,…), han hecho frente a la crisis sanitaria con excelentes resultados.
– La efectividad de las terapias aplicadas crece exponencialmente día a día (remdesivir, anticoagulantes, etc.,…), y más que irán apareciendo.
– El grado de conocimiento de los parámetros técnicos relativos a la pandemia (índices de contagio, propagación, lesividad, inmunidad, trazabiidad, mortalidad,…)aumenta , lo cual redundará en implementar actuaciones más selectivas, en lugar de que sean tan intensivas (confinamiento para todo el mundo).
Por el contrario, ya sabemos que la deseada vacuna no estará disponible para todos en la próxima temporada invernal; a pesar de la velocidad de crucero con la que trabajan multitud de laboratorios de todo el mundo, contando con miles de voluntarios que colaboran con ellos; así como las “facilidades” que puedan aportar las agencias internaciones de farmacología.
Si una vacuna segura y eficaz aplicable para un amplio espectro tarda en desarrollarse unos 10 años, la vacuna contra el Covid-19 puede estar disponible a lo largo del 2021, no antes, según cuentan los expertos.
Así será la evolución de los mercados…
Las bolsas tienden a anticipar el desenlace de la economía real, y si esto es así, hemos de esperar que la evolución de los mercados anticipe la recuperación que se espera para los diferentes sectores económicos que se observaba en la infografía superior.
En consecuencia, si ahora los mercados europeos están desarrollando un movimiento lateral-ascendente, estimamos mejoras progresivas de cotización de las empresas/índices para los próximos meses, al menos hasta la llegada del otoño. Después ya veremos…
Ante todo este panorama, la recomendación es clara:
Aprovecha esta oportunidad única, en que todavía hay cierta nebulosidad en el ambiente, para amplificar tus inversiones. No esperes a que todo vuelva a ser “normal” para decidirte de nuevo a invertir.