El siguiente paso a eliminar nuestra deuda y controlar los gastos, es impulsar los ingresos. Pero antes que eso, es imprescindible gestionar bien los que ya tenemos, es obvio ¿verdad?; ya que en caso contrario será una pérdida de tiempo.
Puesto que pasará lo habitual: contra más se gana, más se gasta. Y eso es justamente lo que deberíamos evitar.
Dicho esto:
¿Existe alguna forma de impulsar los ingresos?
Habitualmente la gente cuenta con una única fuente de ingresos. Pero en los tiempos que corren, eso puede ser una temeridad, con lo cual es conveniente ampliar y diversificar nuestras entradas de dinero.
Esto lo podemos hacer mediante la configuración de activos generadores de rentas o lo que se conocen como: ingresos (semi) pasivos.
¿Existen de veras los ingresos pasivos?
Cuando me refiero a ingresos (casi) pasivos, lo expreso de esa forma, ya que a mi modo de ver, los ingresos pasivos, estrictamente hablando, no existen. Eso es más bien una entelequia.
“No te creas a aquellos gurús que te hablen de la posibilidad de ganar dinero sin esfuerzo. No hay que ser muy listo para darse cuenta que eso no puede ser verdad”.
En cambio, sí podemos afirmar que existen los ingresos semi-pasivos o casi-pasivos, ya que para obtenerlos, siempre implicará hacer un trabajo, un sacrificio o una inversión previamente.
¿Qué ejemplos tenemos de ingresos (casi) pasivos?
A modo de ilustración se pueden citar diversas tipologías de ingresos (casi) pasivos, es decir, formas de obtener rentas sin que sea necesaria tu presencia física constante, como pueden ser:
- Comisiones de una cartera de clientes derivadas de operaciones de seguro o productos financieros
- Royalties por derechos de autor (libros, cursos, audios,…)
- Recaudación de máquinas de vending,
- Ingresos provenientes de instalaciones de lavado (de automóviles, de ropa, etc.), …
- …/…
Pero antes de iniciarte con estos ejemplos, que pueden parecer exóticos para algunas personas; lo mejor es comenzar por las tres fuentes de rentas semi-pasivas más típicas y habituales, como son:
- Rentas inmobiliarias
- Intereses de bonos de compañías
- Dividendos de acciones (mi preferencia, por encima de todas los demás)
Y cuanto más diversificado mejor. Esto no es complicado y además está al alcance de cualquiera.
De las diferentes tipologías de inversión, mi preferencia son las acciones, ya que aporta una serie de ventajas, que no tienen otros activos, como son la:
- Inmediatez: puedes contratar tus acciones ahora mismo, si quieres.
- Accesibilidad: la cuantía mínima requerida para invertir es muy baja.
- Transparencia: los precios son precisos y claros.
- Liquidez: posibilidad de vender tus acciones cuando desees a su valor de cotización.
Por otro lado las rentas inmobiliarias, también son interesantes, ya que amplifican la diversificación a tu porfolio de inversión. Y además ofrecen otro factor conveniente a tener en cuenta, como es el concepto de descorrelación con otros activos o fuentes de rentas.
Es decir, el comportamiento del mercado de acciones de compañías (generador de dividendos), puede ser diferente a la evolución del mercado inmobiliario (generador de rentas por alquiler). Por lo que, el contar a la vez con ambos componentes (diversificación y descorrelación), nos ofrecen mayores dosis de tranquilidad y seguridad.
¿Podemos obtener ingresos sin necesidad de dedicar nuestro tiempo?
Sí, pero como se puede intuir, en los citados supuestos mencionados se requiere la realización de alguna actividad, para que realmente podamos obtener los ingresos.
Por ejemplo, la renta que se obtiene procedente del alquiler de un inmueble, no viene por arte de magia. Entre otras cosas, se debe hacer:
- Conseguir primero alquilar el inmueble.
- Verificar que los inquilinos tengan un mínimo de solvencia, tanto moral como económica.
- Realizar aquellas reparaciones que correspondan.
- Mantener el inmueble en buen estado de revista, cuando los arrendatarios dejan la finca, para así obtener otros inquilinos a la mayor celeridad.
- Asegurarse que se están satisfaciendo los impuestos, tasas y facturas por consumo de los diferentes suministros (agua, gas, electricidad,…).
- Disponer de un seguro de cobertura de riesgos debidamente al día.
- Etc.,…
Y en el caso de los dividendos de acciones, también deberás asegurarte de hacer una selección adecuada de compañías solventes, rentables, dominadoras en sus respectivos mercados y con una amplia trayectoria de reparto de beneficios.
Por tanto, más que pasivos, tal como te decía, podemos hablar de ingresos semi-pasivos; es decir, que con un poco de dedicación por tu parte, que incluso puedes llegar a subcontratar en la figura de un gestor (para las tareas de selección, cuidado, seguimiento, etc.); puedes ir obteniendo una fuente de ingresos sin necesidad de que tu presencia sea condición sine qua non.
“Pues bien, esta es la tipología de ingresos de las personas “despiertas” financieramente”.
¿Es importante diversificar los ingresos?
Por supuesto que es importante diversificar nuestras fuentes de ingresos. Sin ir más lejos, he conocido diversos casos que lo han pasado muy mal por:
- Trabajar ambos cónyuges en una misma empresa que fueron despedidos a causa de una reestructuración.
- O el caso de una familia entera (matrimonio y dos hijos) que se quedó sin trabajo por cesar la actividad de su negocio familiar.
Quizás pienses que se tratan de casos extremos. Sí, sin duda lo son; pero también he de decirte que son bien reales.
Por eso, considero fantástico y conveniente el tener diversas fuentes de ingresos, cuantas más mejor; fruto de aquellos activos que quieras, entiendas y puedas disponer.
Así pues, manos a la obra. Decídete, acumula activos generadores de rentas; y puestos a pedir, no te cortes, elige todo.